Texto en español de la Observación General núm. 26 (2023), relativa a los derechos del niño y el medio ambiente, con particular atención al cambio climático.
Observación General 26, su acceso para los más pequeños a través de láminas. Plataforma de Infancia.
Plataforma de Infancia material adaptado para niños sobre la Observación General
A través de las láminas se pretende, además de trasladar lo establecido en la Observación, que las chicas y chicos puedan interactuar con su contenido, trabajando también sus propios derechos mediante esta interacción.
Se trata de un total de 10 láminas distribuidas en 2 franjas de edad (de 6 a 8 años y de 9 a 12 años) para colorear e interactuar con ellas con diferentes técnicas que generen creatividad, reflexión, debate y propuestas.
Cada lámina recoge un mensaje principal de la adaptación de la Observación General 26, en relación al derecho a un medio ambiente saludable, a la participación infantil, a la información adaptada, a la cooperación y a las medidas que los gobiernos deben tomar.
El Comité de los Derechos del Niño ya publicó la Observación adaptada a chicas y chicos y desde la Plataforma de Infancia nos sumamos a que esta Observación llegue a todas las niñas y niños, independientemente de su edad. Proteger y cuidar del medio ambiente, así como contribuir a tener un mundo más sostenible es tarea de todas y todos.
Equipo Asesor OB26 |
El Equipo Asesor Infantil, además, ha creado una Carta Mundial (por el momento, solo disponible en inglés) que refleja las principales demandas y mensajes de niños, niñas y jóvenes de todo el mundo sobre sus derechos, el medio ambiente y el cambio climático.
La Observación General nº26 (OG26) trata sobre cómo los derechos de la infancia se ven afectados por la crisis medioambiental y establece qué deben hacer los gobiernos para defender estos derechos. Este instrumento será, de aquí en adelante, una guía de referencia para que los Estados hagan efectivo el derecho de la infancia a un medio ambiente seguro, limpio y sostenible.
La OG26 es el primer instrumento internacional en materializar este tipo de derechos. Para ello, establece el vínculo entre la degradación ambiental, el cambio climático y las obligaciones de los Estados de acuerdo con la Convención sobre los Derechos del Niño.
El Comité de los Derechos del Niño ha implicado especialmente a la infancia y adolescencia en esta Observación. Un proceso en el que han participado más de 16.000 niños y niñas de 100 países compartiendo sus ideas, opiniones y preocupaciones. La OG26 es la respuesta institucional al llamamiento realizado por la infancia y la juventud para que proteja sus derechos en materia de cuestiones ambientales.
Desde la Plataforma de Infancia, chicas y chicos de entidades miembro, se sumaron a participar de estos talleres en los que aportar a la Observación y también poder revisarla antes de su publicación.
Las cuestiones sobre las que dieron su opinión y expresaron sus ideas y preocupaciones fueron, por un lado, sobre cómo las niñas, niños y jóvenes pueden intervenir en las decisiones que el gobierno y empresas toman sobre el medio ambiente y el cambio climático; por otro lado, sobre de qué forma se sienten escuchados y tomados en serio cuando se expresan; y, por último, qué opinan que deben hacer los gobiernos para mantener seguras a las niñas, niños y jóvenes cuando se expresan, actúan o defienden sus derechos.
Participación de la Infancia y juventud en COP28.
HDIA mes de noviembre, Revista GSIA, Nueva Etapa.
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GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.
Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la difusión de los mismos.
¡AYÚDANOS A MANTENER Y AMPLIAR NUESTROS PROYECTOS!.
´Ruralescencia’. Un documental protagonizado por los adolescentes del mundo rural de Burgos.
para disfrutar del documental. SAÚL CANO MANSO. D.B |
Belorado y Comarca han acogido el estreno de este documental protagonizado por alumnos de su Instituto de Educación Secundaria Hipólito Ruiz López.
Niños y jóvenes exigen a los gobiernos responsabilidades ante el Tribunal de Estrasburgo por incumplir sus compromisos frente a la crisis climática
Seis niños y jóvenes portugueses, de entre 11 y 24 años, exigirán este miércoles ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos responsabilidades a los gobiernos por el incumplimiento de sus compromisos climáticos en virtud del Acuerdo de París de 2015.
Estrasburgo, 27 de septiembre de 2023
SAVE THE CHILDREN.
Se trata de una oportunidad histórica para los derechos de la infancia y del planeta. Es la audiencia del caso Duarte Agostinho - el primero sobre cambio climático presentado ante la Corte y el primero contra tantos estados. Save the Children presentó una intervención oficial de terceros ante el Tribunal en mayo de 2021 y desde entonces ha seguido de cerca el progreso del caso.
“El mundo debe reconocer la legitimidad y el poder de las voces de los niños y su liderazgo en el movimiento climático. Los gobiernos deben establecer métodos adaptados a los niños para facilitar el papel de los niños en la formulación de políticas climáticas, y se deben poner en práctica sus sugerencias”, subraya Ulrika Cilliers, directora global de políticas e incidencia política Save the Children.
En el caso, los seis jóvenes demandantes - André (15), Catarina (23), Cláudia (24), Mariana (11), Martim (20) y Sofia (18) - argumentan que 32 países europeos no están tomando las medidas adecuadas mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C y, por lo tanto, no están cumpliendo los compromisos establecidos en el Acuerdo de París de 2015. También argumentan que la inacción de los países amenaza sus derechos a la vida y a un medio ambiente sano y protegido, garantizados por la legislación europea.
LA CRISIS CLIMÁTICA: UNA CRISIS DE DERECHOS DE LA INFANCIA
“Los niños y niñas están en la primera línea de la crisis climática, por lo que es esencial que tengan plataformas para expresar sus preocupaciones y exigir responsabilidades a los responsables. Apoyamos el poder de los niños que lideran la acción climática. Apoyamos a Sofía, Catarina, Cláudia, André, Mariana y Martim mientras sus preocupaciones ahora son escuchadas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos”, apunta Cilliers.
El caso se presentó en septiembre de 2020 y en ese momento era la primera acción sobre cambio climático presentada ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Si tiene éxito, los países estarán legalmente obligados a tomar más medidas para abordar la crisis climática. El Tribunal concedió al caso prioridad y lo remitió a la Gran Sala del Tribunal debido a la importancia de las cuestiones planteadas.
La intervención de Save the Children habla de la vulnerabilidad específica de los niños y niñas a los efectos de la crisis climática y describe el impacto del cambio climático en el derecho de la infancia a la seguridad, la salud, la educación y un futuro próspero.
Las investigaciones existentes de Save the Children muestran que un niño nacido en 2020 experimentará en promedio casi siete veces más olas de calor durante su vida que la generación de sus abuelos. Los derechos de los niños deben protegerse de inmediato, dada la amenaza sistémica que plantea el cambio climático y su grave impacto en todos los niños, y en particular en los niños afectados por la desigualdad y la discriminación. El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas también estableció recientemente que la inacción de los gobiernos y las empresas para abordar la crisis ambiental constituye una violación de los derechos de la infancia.
“A pesar de las implicaciones catastróficas de la crisis climática para los derechos de los niños y niñas y del creciente movimiento global de ellos que exigen una acción climática ambiciosa, están notoriamente ausentes de los debates, los compromisos y las políticas climáticas”, reclama Ulrika Cilliers. “La crisis climática es verdaderamente una crisis de derechos de la infancia. Si no se toman medidas suficientes, la supervivencia, el desarrollo, el medio ambiente y su educación corren grave riesgo”.
Save the Children cuenta con el asesoramiento gratuito de la firma de abogados Hausfeld & Co. LLP en relación con su intervención de terceros, junto con un equipo de abogados compuesto por Tim Otty QC y Ravi Mehta de Blackstone Chambers y Emma-Louise Fenelon de 1 Fila de la Oficina de la Corona.
Observación General nº26, Versión para niños.
Cuentos4Future, proyecto.
La iniciativa está promovida desde EthicLab y cuenta con la colaboración del Ministerio de Educación y Formación Profesional, reconocidos escritores y diferentes empresas que se aúnan con el objetivo común de concienciar de la importancia de cuidar nuestro entorno.
El derecho de la infancia «a un medioambiente limpio, sano y sostenible
La ONU ratifica el derecho de la infancia «a un medioambiente limpio, sano y sostenible»
31 agosto, 2023
Un comité de expertos vincula la crisis climática a la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) y exige a los Estados proteger el derecho de la infancia a la vida, la salud, la protesta, la justicia y la reparación, mientras reclama “equidad intergeneracional”.
Foto: Hendra A Setyawan / World Meteorological Organization
“Los adultos deberían dejar de tomar decisiones para un futuro que no vivirán. Nosotros somos el medio clave para solucionar el cambio climático, pues lo que está en juego son nuestras vidas”. Esta es una de las declaraciones infantiles que ha recogido el Comité por los Derechos del Niño, un órgano consultivo de la ONU que, por primera vez, ha ratificado el derecho de los más pequeños “a un medioambiente limpio, sano y sostenible” en un informe publicado el pasado lunes.
El Comité, que se encarga específicamente de asesorar en materia legal a los Estados firmantes de la Convención sobre los Derechos del Niño, un tratado internacional aprobado en 1989 por todos los países del mundo excepto Estados Unidos, está formado por 18 expertos. Para la redacción del documento, que no tiene carácter vinculante, aunque ayuda a interpretar la Convención –que sí lo tiene–, dichos expertos consultaron a un total de 16.331 niñas y niños de 121 naciones diferentes, con la intención de conocer su opinión sobre un problema que les afecta de manera más apremiante.
“La crisis climática es una crisis de derechos de la infancia”, aseguró Paloma Escudero, asesora especial de UNICEF, la agencia de las Naciones Unidas para la Infancia. Bajo esa premisa se puso en marcha la elaboración de la llamada “Observación general Nº 26” que, entre otras cosas, busca fomentar el acceso a la justicia y la reparación entre los más jóvenes a partir de litigios climáticos y demandas colectivas.
Derecho a la vida y a la protesta
A lo largo del documento, se pone de manifiesto cómo lo que denominan “una triple crisis planetaria”, a saber, compuesta de la emergencia climática, el colapso de la biodiversidad y la contaminación masiva, es una “amenaza urgente y sistémica para los derechos del niño a nivel global”. Esto incluye el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, así como el derecho a la salud, los cuales se están viendo mermados por carencias en la calidad del aire y del agua, la falta de seguridad alimentaria, la exposición a los gases de efecto invernadero y a otras sustancias tóxicas.
El Comité hace un llamamiento para que los estados adopten medidas que protejan a la infancia actual y también a la venidera, resaltando la responsabilidad de los gobiernos, asimismo, a la hora de controlar las actividades del sector privado dañinas con el medioambiente. “Los estados tienen la obligación de proteger contra el abuso de los derechos del niño por parte de terceros, incluyendo a las empresas comerciales”, detalla la Observación general, en un esfuerzo por limitar la actividad industrial a favor del bienestar infantil.
Por otra parte, el Comité destaca la necesidad de asegurar “los derechos a la libertad de expresión, de asociación y de asamblea pacífica”, que son a menudo vulnerados. En una época caracterizada por la criminalización de la protesta, el asesinato de activistas climáticos y su enjuiciamiento potencialmente ilegítimo, el órgano de la ONU asevera que, cuando los más jóvenes se involucran en este tipo de manifestaciones a favor de los Derechos Humanos, “frecuentemente se enfrentan a amenazas, intimidación, acoso y otras represalias graves”.
Un ejemplo significativo lo constituirían las varias retenciones que ha sufrido Greta Thunberg, o el miedo que permea entre algunos colectivos ecologistas debido a la instauración de marcos jurídicos represivos, como el que en España representa la Ley Mordaza.
El informe lanzado por el Comité advierte, además, de que “la degradación medioambiental (…) es una forma de violencia estructural contra los niños, y puede causar colapso social en comunidades y familias”. Otras garantías en peligro que los Estados deben blindar serían el derecho a la no discriminación y a que la infancia y juventud participen en los procesos de toma de decisión que van a impactar en sus vidas, donde se encuentran infrarrepresentados.
Justicia y equidad intergeneracional
Este comunicado de la ONU debe interpretarse en un contexto de desigualdad entre generaciones, donde los nacidos más recientemente serán víctimas de un mundo completamente diferente al de sus antepasados inmediatos. El Comité reconoce así “el principio de equidad intergeneracional y los intereses de las generaciones futuras, a las que los niños consultados se refieren de forma abrumadora”.
Este tema, que yo misma traté en el ensayo Vivir peor que nuestros padres, conforma el elefante en la habitación de no pocos debates sobre la emergencia climática, a pesar de su carácter ineludible. En España, el investigador Emilio Santiago Muiño reflexiona sobre dicha brecha generacional en su último libro.
Globalmente, existen explicaciones tan elocuentes como la infografía que acompaña el último informe del IPCC (el Panel Intergubernamental de expertos para el Cambio Climático de las Naciones Unidas, la cual ilustra a través de distintas franjas etarias y colores el grado de alerta medioambiental. Su diseñadora, Arlene Birt, explicó para este medio que su intención era “humanizar” los datos y proyectarlos visualmente en relación con nuestras biografías y las de nuestras familias: “experimento una reacción emocional cuando veo que mi madre, mi hija y yo misma habitamos mundos muy distintos a lo largo de nuestras respectivas vidas”.
Quizá sea hora de atender con premura estas circunstancias marcadas por los relojes biológicos, y aupar, tal como promueve el Comité por los Derechos del Niño, la defensa de la infancia desde las políticas sociales, económicas, el civismo y el poder judicial. Dos casos recientes ejemplifican la combatividad juvenil en los tribunales: un juzgado de Montana les ha dado la razón a los demandantes, entre 5 y 22 años, que reclamaban a las autoridades el cumplimiento de su derecho a “un medioambiente sano y limpio”, recogido en la Constitución del estado; mientras tanto, este otoño un grupo de jóvenes portugueses llevará a 32 países -entre ellos España– al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con el argumento de que la crisis climática vulnera su derecho a la vida. La jurisprudencia resultante de estos y otros juicios similares quizá consiga, si no solucionar, al menos mitigar las peores consecuencias de la debacle en marcha.