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Silenciadas, un anñalisis sobre agresiones sexuales en la adolecencia.

Nota: el pasado día 22 aquí fue publicado un estudio sobre el mismo asunto realizado por el Observatorio Social de la Fundación la Caixa: https://gsia.blogspot.com/2024/03/violencia-en-las-relaciones-de-pareja.html .

Apuntamos aquí éste de Save The Children, realizado en la Dpto. de Sociología de la Universidad de Granada.

Ambas inciden en la necesidad de apartar estos hechos de los alarmismos  y 
profundizar en su conocimiento, para poder articular más certeramente la prevención e intervención. 

"Sigue siendo poco habitual que la adolescencia, en su conjunto, cometan delitos
graves. La reducción de la edad de responsabilidad penal puede llevar a la judicialización inadecuada o excesiva de cuestiones que encontrarían una respuesta más adecuada y efectiva en otras instancias de control social".



Esta publicación ha sido elaborada a partir de la investigación previa
a cargo de la Universidad de Granada, realizada por Carmen Ruiz Repullo,
docente e investigadora adscrita al Departamento de Sociología.


Introducción
Las agresiones sexuales cometidas por adolescentes son una preocupación creciente en los últimos años que merece un análisis en profundidad desde una perspectiva de derechos de infancia y adolescencia, así como de género
.
Aquellas cometidas en grupo son especialmente un delito cada vez más visible en nuestra sociedad, dada la gravedad de la violencia y el impacto mediático que ha tenido en los últimos años.
Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer en su investigación y abordaje.
Cuando aparece un caso en los medios de comunicación salta una señal de alarma automática que nos hace replantearnos qué está ocurriendo en la infancia y adolescencia y qué hemos pasado por alto desde el mundo adulto.

La criminalidad infanto-juvenil, al tratarse de una problemática vinculada a la etapa de desarrollo de la adolescencia, es distinta de la adulta y, en ocasiones, más compleja.
Como ya hemos avanzado en anteriores ocasiones, es una fase compleja caracterizada por la ruptura con la infancia y el tránsito a la edad adulta, acompañada de cambios físicos y psicológicos, en la que el grupo de iguales pasa a ser el eje de referencia y van evolucionando de una situación más dependiente hacia una mayor autonomía.

Por ello, desde Save the Children hemos querido adentrarnos en esta forma de violencia a través de una reflexión que pretende averiguar si verdaderamente la alarma social se ajusta con la realidad. Para ello, además de una revisión de los datos oficiales y de la literatura, hemos consultado a adolescentes, profesionales de distintos ámbitos y personas expertas en la materia.
Este documento no pretende ser un análisis exhaustivo cualitativo y cuantitativo del fenómeno ni tiene como objetivo desgranar el marco jurídico y legislativo.

Se trata de presentar una radiografía de las cuestiones más relevantes de la violencia sexual entre adolescentes y su impacto en la infancia, la adolescencia y la sociedad.
Esta no es una tarea sencilla, especialmente en un tema sensible que no es ajeno a la polarización social actual. Sin embargo, esperamos que sirva de motor a una mayor investigación y que contribuya a despejar ciertas dudas o mitos, así como a hacernos las preguntas adecuadas para erradicarla...

Violencia en las relaciones de pareja entre adolescentes

La violencia en las relaciones de pareja entre adolescentes se ejerce a través de tres acciones principales: a) el control, limitando el contacto con otras personas a partir, por ejemplo, del escrutinio del teléfono; b) la agresión física, con bofetadas, patadas u otro tipo de agresiones, y c) la agresión sexual, forzando relaciones no deseadas. 


Fundación “la Caixa” - ElObservatorioSocial

Proyecto seleccionado en la Social Research Call 2021 (LCF/PR/SR21/52560016)

Noemí Pereda, Marta Codina y Diego A. Díaz-Faes, Universitat de Barcelona



Dicha violencia puede afectar gravemente a la salud mental y física de los jóvenes, así como a su desarrollo personal e integración social. Con el objetivo de evaluar la prevalencia de la violencia autodeclarada, tanto desde la perspectiva de la victimización como de la perpetración, se ha empleado una muestra representativa de 4.004 adolescentes españoles, de 14 a 17 años, mediante la aplicación de un instrumento ampliamente utilizado en el ámbito internacional.


Puntos clave:


  1. En España, los resultados globales del último año muestran que la tasa de prevalencia de victimización por violencia durante las relaciones de pareja entre adolescentes se sitúa en el 13,6% (chicas: 16,9%; chicos: 10,5%). En cambio, la tasa de perpetración es del 4,8% (chicas: 6,6%; chicos: 3,1%).
  2. Por tipo de violencia, el 10,1% declaran ser víctimas de conductas de control (chicas: 13,3%; chicos: 7,1%). El 4,1% se consideran víctimas de agresión física (chicas: 3,6%; chicos: 4,5%) y el 4,3% de agresión sexual (chicas: 6,6%; chicos: 2,1%).
  3. En cuanto a la prevalencia de perpetración, se observan conductas de control en el 3,0% de los adolescentes (chicas: 4,2%; chicos: 1,9%); de agresión física en el 2,2% (chicas: 3,3%; chicos: 1,1%), y de agresión sexual en el 0,6% (chicas: 0,3%; chicos: 0,9%).
  4. El porcentaje de jóvenes que declaran haber sido a la vez víctimas y perpetradores en alguna relación de pareja en el último año es del 2,9% (chicas: 4,0%; chicos: 1,8%).
  5. En definitiva, los resultados sugieren que las chicas sufren más victimización por control y por agresión sexual que los chicos. En cuanto a los tipos de violencia perpetrada, las chicas declaran más control y agresiones físicas a sus parejas que los chicos. Se observa, también, que las chicas presentan más probabilidades que los chicos de situarse en el rol solapado de víctimas y perpetradoras en sus relaciones de pareja. Estos resultados muestran la complejidad de un problema que requiere un análisis profundo de las relaciones de violencia en las parejas más jóvenes.
  6. Esta radiografía de la violencia en las relaciones de pareja entre adolescentes es crucial para diseñar políticas de prevención que sean efectivas. Por ello, se está estudiando también la situación de las personas jóvenes más vulnerables; es decir, las que pertenecen a colectivos de riesgo, tienen alguna discapacidad, o presentan problemas de salud mental.


Propuestas de reflexión – acción para el 8 M 2024: Día Internacional de las Mujeres.


Desde la infancia, a nuestro paso por el sistema educativo estudiamos materias como historia, literatura o ciencias y conocemos a los grandes estrategas, pensadores, escritores y científicos que dieron forma al mundo en el que vivimos, pero hay una pregunta que siempre flota en el aire, 
mientras los hombres hacían todo lo que estudiamos 
¿Dónde estaban las mujeres? ¿qué estaban haciendo?

Este año queremos centrar nuestra propuesta de reflexión-acción en recuperar estas preguntas y otras
que ayuden al alumnado a construir respuesta y sobre todo a poner rostro y nombre a mujeres que
con su labor hicieron grandes aportes en los distintos campos del saber. 

Por ello ponemos el foco en la importancia de que el alumnado cuente con referentes alternativos a los que se han perpetuado en el imaginario del aula durante décadas, con el deseo de impulsar que no sólo hablemos de las contribuciones de las mujeres en el marco del 8M, si no que todas ellas habiten las aulas y los libros de texto en igualdad con los referentes varones.

¿Nos acompañas? Sigue leyendo.
Este curso queremos proponerte cuatro actividades didácticas, una por cada etapa educativa: infantil,
primaria, secundaria, bachillerato y ciclos formativos. Están pensadas para trabajar desde un enfoque
socio afectivo y de pensamiento crítico y movilización, muy necesarios en la actual coyuntura que vivimos hoy en día.

Además, esta propuesta se enmarca en el trabajo que InteRed viene desarrollando en la prevención de
las violencias machistas, del ecofeminismo, de la pedagogía de los cuidados, de la educación transformadora y de la campaña #TOCAIGUALDAD. Esta campaña tiene por objeto promover, especialmente entre la juventud, una actitud crítica, reflexiva y activa en relación a las desigualdades y violencias específicas que viven las mujeres por el hecho de serlo, apostando por una hoja de ruta coeducativa desde cuatro ejes de actuación en el aula:
El cuidado de las personas y del planeta
■ El reconocimiento de la diversidad de identidades
■ La promoción de una educación afectivo-sexual respetuosa y de calidad
■ La prevención de las violencias machistas


Crímenes en contra de la maternidad. Seminario Historia Infancias y Adolescencias, México, 20 de marzo.

Niñas que fueron procesadas por aborto e infanticidio
durante 30 años del siglo pasado en la ciudad de México.

El Seminario Historia de las Infancias y las Adolescencias (SEHIA), en la UNAM - Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México, la cual lleva unos años convocándolo de la mano de Susana Luisa Sosenski Correa y Beatriz Alcubierre Moya.

La Historia de la Infancia es una de esas asignaturas pendientes que tiene la humanidad con todos los niños y adolescentes.

Aquí,  os proponemos una oportunidad de participar en una de las sesiones en la que se estudiarán aquellas las niñas que fueron procesadas por aborto e infanticidio en la ciudad de México durante 30 años del siglo pasado: Daniela Lechuga Herrero, Licenciada en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México y Maestra en Historia Moderna y Contemporánea por el Instituto Mora, y Martha Santillán Esqueda, Doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), centrando su investigación en el análisis de la criminalidad femenina en los años cuarenta en la ciudad de México.

.- día 20 de marzo
.- Acceso y asistencia virtuales,
.- Inscripción y participación mediante reserva al seminariohistoriainfancia@gmail.com
.- 12:00 h. de México.


Las relaciones afectivo sexuales en la infancia y la adolescencia. IX Jornada GSIA

La pregunta que queda en el aire es quiénes y cómo vamos a acompañar 
a nuestros hijos e hijas a una visión y vivencia positiva de la sexualidad, cómo 
“una energía que nos impulsa a buscar afecto, contacto, placer, ternura e intimidad.., 
influye en nuestros pensamientos, sentimientos, acciones e interacciones 
y por tanto está relacionada con nuestra salud física y mental”. 
Si seguimos eludiendo esta labor, sin abordar con ellos sus inquietudes y experiencias, 
sus conocimientos, hábitos, riesgos, comportamientos, los dejamos solos.




Esperemos que a este escaparate no haya que ponerle “farolillos” 
como a los del afamado barrio de Ámsterdam. 
En un mundo hipersexualizado como el nuestro, con web de contactos, 
cosificación de las relaciones, hiperexposición de los cuerpos…; 
unir la palabra sexualidad a infancia y adolescencia causa estupor y escándalo.

Sin embargo, programas televisivos como “Generación porno”, noticias de prensa sobre el aumento de las agresiones en manada entre personas menores de edad están presentes en los medios y causan alarmismo, fomentando una visión negativa, agresiva y crítica sobre el ejercicio de determinadas prácticas sexuales en jóvenes. 
En este contexto, decidimos embarcarnos desde GSIA, en el reto de organizar nuestra IX Jornada del GSIA con el tema de “Las relaciones afectivo-sexuales en la infancia y la adolescencia. Diálogos intergeneracionales”.
Queríamos construir con ellos otras narrativas y discursos diferentes a los que el mundo adulto construye sobre ellos sin ellos.
Si siempre nos es difícil su participación, al colisionar con el horario lectivo, en esta ocasión percibimos más obstáculos en la organización. El tema producía preocupación y rechazo. Sin embargo, el alto número de inscritos en las Jornadas y el hecho de que muchos de los participantes vinieran del mundo educativo, tanto de las entidades de tiempo libre como del entorno escolar, nos convenció aún más de que era necesario crear este espacio de debate respetuoso y libre.

Organizamos tres mesas de diálogo con expertos del mundo académico, profesionales de la atención directa, representantes de padres/madres y familias, chicos y chicas.

La primera mesa se centró en si existía o no educación sexual, sobre qué contenidos y quién debía impartirlos. La respuesta fue bastante unánime: no existe una educación sexual universal, pública, consensuada e integrada en la comunidad educativa.
Con ellos hablamos de la necesidad de recuperar la educación sexual como esa gran asignatura vital para la cual los padres y madres se sienten cohibidos, dando respuesta desde las propias demandas de sus hijos, que toman un papel más proactivo. 
Los chicos acuden a internet, a las secciones de las revistas, al conocimiento de sus iguales… y a menudo ese acercamiento les causa frustración porque no obtienen el saber y el acompañamiento que necesitan. Tampoco la escuela ha asumido esta tarea, ya que la educación sexual que se recibe está centrada en lo biológico, la genitalidad, la salud reproductiva y la prevención de los embarazos no deseados o la ETS. 
La formación afectivo-sexual que incluye poder hablar con ellos de temas de su interés como la identidad de género, la orientación sexual, las prácticas erótico-sexuales, la propia autoestima, la búsqueda del placer, las relaciones y vínculos que se construyen, el propio autoconocimiento…quedan, “con suerte” , incorporadas como tutorías, charlas de en muchos casos de entidades externas, no garantizando una equidad de acceso a un derecho reconocido por la Convención de Derechos del Niño y de la Organización Mundial de la Salud.
La transmisión de las expectativas, estereotipos, creencias sobre la sexualidad son culturales, están en lo
preverbal, en las conductas observables, en las pautas de crianza, los juicios de valor, las costumbres, la religión… están en todas partes desde antes de nacer. Por eso, convertir esto en una cuestión ideológica en la que hablar de “adoctrinamiento”, en vez de libertad de elección, autodeterminación y autonomía, donde los hijos y las hijas van a  recibir de su entorno convivencial y de su contexto cultural diversidad de modelos sobre los cuales se afianzarán como personas, sorprende.

En la segunda mesa convenimos que este es un país que ha avanzado muchísimo en los últimos años en cuestiones como la igualdad entre hombres y mujeres, la transformación del marco legal sobre la elección de la identidad de género o sobre la salud reproductiva. Sin embargo, los datos de diversos barómetros anuncian que han aumentado los jóvenes que niegan la existencia de la violencia de género y se han incrementado los discursos de odio por ejemplo hacia la homofobia o la transfobia. Sigue pues existiendo una brecha entre los avances conseguidos y las repercusiones y trasformaciones sociales que han de acompañarla.
La discriminación sigue existiendo, la presión social, las burlas, las agresiones, la falta de empatía… pero al menos, ahora, determinados hechos no quedan impunes, son rechazados, tienen consecuencias. Es necesario reeducar desde el reconocimiento y la convivencia con el “otro” distinto que yo, salir del adulto-centrismo, generar conversaciones preventivas con los niños, niñas y adolescentes. En este sentido, las redes sociales han generado redes de apoyo a la identidad, a un posicionamiento activo, que ha servido para fortalecer a aquellas personas del colectivo LGTBQ+ que viven en otros contextos como el rural.
Existe un salto generacional y muchos de nuestros jóvenes tienen una visión de mayor libertad y diversidad, de ruptura de patrones patriarcales y heteronormativos.

¿Pero qué opinión tienen sobre el tema del consentimiento? Este tema lo abordamos en la tercera y última mesa de diálogo. El consentimiento es entendido como un acuerdo de intimidad, en igualdad, respeto mutuo y sincero, en el que creamos un vínculo de confianza mutua. Por eso puede ser reversible, porque los límites negociados pueden cambiar…, porque “no vale todo”, porque eso no me apetece, porque sé autocontrolarme en sintonía con el otro.
¿Y en el caso de las personas menores de edad cómo valorar la madurez para el consentimiento? El marco jurídico y social entiende que un niño o niña de menos de 12 años no puede dar su consentimiento, entre iguales entre 12-16 años si pueden establecer relaciones consentidas entre ellos y a partir de los 16 años también con adultos si no hay una relación de sumisión-poder, coacción o diferencia de edad de más de 4 años. Sin embargo, la pubertad según los pediatras se ha adelantado y la sociedad fuerza un acortamiento de la infancia y un alargamiento de la adolescencia y la juventud. No es de extrañar, por tanto, que el interés por la sexualidad omnipresente en el mundo adulto también esté en nuestra infancia.

La pregunta que queda en el aire es quiénes y cómo vamos a acompañar a nuestros hijos e hijas a una visión y vivencia positiva de la sexualidad, cómo “una energía que nos impulsa a buscar afecto, contacto, placer, ternura e intimidad…, influye en nuestros pensamientos, sentimientos, acciones e interacciones y por tanto está relacionada con nuestra salud física y mental”. Si seguimos eludiendo esta labor, sin abordar con ellos sus inquietudes y experiencias, sus conocimientos, hábitos, riesgos, comportamientos, los dejamos solos.

Y como sociedad y mundo adulto: ¿Cómo tener un análisis completo del fenómeno que permita diseñar políticas y actuaciones públicas que abarquen todas las perspectivas de dicho fenómeno y les incorporen activamente en la búsqueda de soluciones y en los procesos de prevención e intervención dirigidos a ellos?.

Nosotros desde GSIA creemos en la necesidad de esa escucha y en su capacidad de agencia en la
construcción colectiva y seguiremos impulsando espacios para conseguirlo.

Estudio transversal sobre la percepción de la violencia en el noviazgo entre adolescentes

La violencia en la pareja que se produce en adolescentes se conoce con el nombre de violencia en el noviazgo. La violencia en la pareja puede incluir daño físico, sexual o psicológico, abarcando las agresiones, la coacción sexual, el maltrato psicológico y los comportamientos de control.



Revista Española de Salud Pública

Volumen 97

Publicado: 28/06/2023



En España, según datos de 2019 del Ministerio de Igualdad, la prevalencia de violencia física y/o sexual por parte de la pareja o expareja fue del 14,2%, presentándose entre los dieciséis-veinticuatro años un mayor riesgo de sufrir todos los tipos de violencia. En la actualidad, las nuevas tecnologías constituyen la principal vía de comunicación entre los/las adolescentes, y del mismo modo que simplifica la socialización, también aumenta el riesgo de sufrir violencia en la adolescencia. Esta violencia puede clasificarse en cibercontrol (acosar) y/o ciberagresión (dañar) 


Actualmente, es un problema generalizado en la adolescencia y existe un gran desconocimiento al respecto de las creencias/actitudes que están ayudando a perpetuar este fenómeno. El objetivo de este estudio fue conocer la percepción de los adolescentes sobre esta violencia y estimar la frecuencia observada de exposición a diferentes ítems de violencia en el noviazgo, valorando las diferencias según sexo y nivel educativo. 


Se realizó en 2022 un estudio transversal en cuatro centros educativos públicos de Galicia (España) que impartían Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato. El muestreo de los centros fue de conveniencia. Se invitó a los estudiantes a contestar un cuestionario anónimo. Se estimó la frecuencia observada de exposición del estudiantado a diferentes ítems de violencia en el noviazgo y de identificación de la violencia. 


Se incluyeron 410 estudiantes. El 99% de las mujeres percibieron que no es normal controlar la vestimenta de la pareja frente al 88% de los hombres; en relación con el control de las amistades, estos porcentajes fueron del 87,6% y el 73,1%, en mujeres y hombres, respectivamente. Con respecto a las críticas a la pareja, estos porcentajes fueron del 54,7% frente al 67,9%, respectivamente en mujeres y hombres. El 46,8% del estudiantado admitió conocer casos que enviaban varios mensajes al día para saber qué estaba haciendo la pareja. El 21,7% refirió conocer casos que sentían miedo de su pareja. La percepción de violencia en el noviazgo es mayor por parte de las mujeres. 


Las mayores diferencias entre hombres y mujeres se observan en los ítems del dominio control. Alrededor del 46,8% de los encuestados admitieron conocer casos que enviaban varios mensajes al día para saber lo que estaba haciendo la pareja, un 46,3% conocía algún caso que criticaba a la pareja y un 42% conocía casos que le gritaban a la pareja. El porcentaje que refirió conocer casos que sentían miedo de su pareja fue del 21,7%.


El control ejercido por la pareja asociado a las nuevas tecnologías es el ítem donde se observa mayor normalización de las conductas, observándose que únicamente el 27,9% de los adolescentes y el 28,7% de las adolescentes considera que no es nunca normal enviar varios mensajes a la pareja para controlar lo que está haciendo. Estos porcentajes son similares a los obtenidos en un estudio previo realizado en 640 adolescentes de trece a diecisiete años en centros educativos de Terrasa y Alicante, que observa que el 22% de las niñas y el 20,5% de los niños informaban haber sufrido control y/o miedo a la victimización. Una explicación plausible puede ser la romantización de las situaciones de control, siendo consistente con lo plasmado en los estudios dedicados a la violencia de género en la adolescencia, donde se destaca la normalización de las conductas de control a través de las nuevas tecnologías, siendo blanqueadas como pruebas de amor y confianza.


Se observa que el control de la pareja a través de las nuevas tecnologías son conductas muy comunes entre los adolescentes de ambos sexos; el 46,8% conoce algún caso que envía varios mensajes al día para conocer qué está haciendo la pareja y un 33,9% conoce algún caso que controla la conexión de la pareja en redes sociales. Estos hallazgos denotan una baja percepción de riesgo asociado a este tipo de control que, tal y como ya se comenta, parece haberse normalizado.


Algunos autores indican que la juventud podría ser especialmente vulnerable a una mala interpretación del control de pareja, debido a la visión irreal y distorsionada que tienen del amor. Algunos estudios sobre la prevalencia de conductas como control, amenazas y/o humillación a través de herramientas electrónicas parecen mostrar que estos comportamientos han pasado a formar parte de la comunicación habitual de los/las adolescentes.


ENLACE DE ACCESO A LA PUBLICACIÓN DEL ESTUDIO

Matrimonios infantiles y uniones tempranas. Boletín CEPAL.

 Matrimonios infantiles y uniones tempranas: 
desigualdad y pobreza en mujeres, niñas y adolescentes 
de América Latina y el Caribe



Descripción
Los matrimonios y uniones infantiles tempranos y forzados se definen como una unión en la que al menos uno de los contrayentes es menor de 18 años. La inmensa mayoría de los matrimonios y las uniones infantiles, tanto de derecho como de hecho, afectan a las niñas, aunque a veces sus cónyuges también son menores de 18 años. Tal como lo señala la Recomendación general núm. 31 del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y la observación general núm. 18 del Comité de los Derechos del Niño sobre las prácticas nocivas, adoptadas de manera conjunta en 2014, y la Resolución 29/8 aprobada por el Consejo de Derechos Humanos el 2 de julio de 2015 sobre la intensificación de los esfuerzos para prevenir y eliminar el matrimonio infantil, precoz y forzado, el matrimonio infantil se considera una forma de matrimonio forzoso, ya que no se cuenta con el consentimiento pleno, libre e informado de una de las partes o de ninguna de ellas. La definición que se aplica para enfrentar esta vulneración de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes, incluye tanto a los matrimonios correspondientes a vínculos conyugales reconocidos por normas legales, consuetudinarias o religiosas, como a las uniones que dan cuenta de una relación de pareja con cohabitación sin reconocimiento legal.

Índice
-- Prevalencia de los matrimonios infantiles y las uniones tempranas en la región .
-- Desigualdades socioeconómicas y matrimonios infantiles y uniones tempranas .
-- Interrupción de los procesos de transición hacia el trabajo remunerado .
-- Recomendaciones para la acción pública.

Infancia huérfana de la violencia de género: la víctima más invisible del drama

Estudio singular de la Defensoría de la Infancia y Adolescencia de Andalucía.

Este informe está dedicado a analizar la situación de aquellos niños y niñas que se han quedado huérfanos porque sus madres han sido asesinadas por sus padres o parejas. 




Defensoría de la Infancia 
y Adolescencia de Andalucía
2023






Desde la Defensoría tratan de poner de relieve los problemas y necesidades a los que se han de enfrentar los menores de edad tras el fallecimiento de la progenitora así como aquellas intervenciones públicas necesarias para superar el trauma vivido y hacer posible que sus vidas puedan tener un mejor futuro. 


La sociedad y los poderes públicos no pudieron proteger a sus madres pero sí deben ayudar a estos niños y niñas a superar el trauma, reparar el daño y garantizarles un futuro digno. Una infancia que, además, les ha tocado vivir uno de los mayores dramas a los que se puede enfrentar el ser humano: ser el hijo o hija del asesino de su madre.


La Organización de Naciones Unidas, en la IV Conferencia Mundial de 1995, reconoció que la violencia contra las mujeres es un obstáculo para lograr los objetivos de igualdad, desarrollo y paz y viola y menoscaba el disfrute de los derechos humanos y las libertades fundamentales.


Este tipo de violencia es una lacra social con historia silenciada durante muchos años y cuesta un peaje muy elevado a las mujeres, en ocasiones, incluso con su propia vida.


Son muchos los debates, análisis y estudios, tanto a nivel internacional como nacional, que vienen a señalar las repercusiones negativas que estos reprobables actos tienen sobre las mujeres víctimas. Paralelamente esta especial sensibilidad ha ido acompañada de un incremento de la atención social e institucional que se ha traducido en la aprobación de una serie de medidas legislativas y en la puesta a disposición de recursos para atender a las víctimas.


Pero la violencia de género no afecta exclusivamente a la mujer sino que se extiende ineludiblemente a los niños y niñas que conviven con el maltratador y aquella. Ésta es la razón que llevó a un amplio sector de la doctrina a proclamar que en la violencia de género no hay una sola víctima. Los hijos e hijas de las mujeres son tan víctimas como éstas, si bien el alcance es diferente en función de que la persona menor de edad sea también el centro de las agresiones, cualquiera que sea su tipología, o por el contrario, su protagonismo deriva de su condición de testigo de la violencia ejercida contra su madre. Son niños y niñas que les toca vivir un ambiente con comportamientos destructivos y modelos de conductas negativas cuyas consecuencias se dejarán sentir en su desarrollo y en su proceso de formación.


A pesar de la incidencia de este fenómeno sobre las personas menores de edad, los recursos y la protección que éstas han venido recibiendo de los poderes públicos, sin embargo, no han evolucionado al mismo compás que la atención a la mujer maltratada. Y ello porque la asistencia prestada a estos niños y niñas expuestos a violencia de género se ha encontrado íntimamente ligada a la de sus madres, sin tener en cuenta que los hijos debían ser acreedores de una atención propia, especializada y adaptada a sus características y necesidades específicas.


Pero abordar el fenómeno de la violencia de género sin una perspectiva de derechos de infancia, poniendo el foco únicamente en la mujer, invisibiliza la violencia sufrida por los hijos e hijas de esas mujeres como sujetos de derecho. Una violencia que deriva de su situación de vulnerabilidad múltiple: por vivir en un entorno violento que afectará a su desarrollo psicológico y bienestar -incluso la violencia directamente se ejerce sobre ellos-, porque pueden ser utilizados como instrumento para controlar o seguir dañando a sus madres y, también, por la difícil situación en la que se quedan cuando se produce el asesinato de la madre a manos del agresor.


Índice del informe:

Presentación


Testimonio de víctima

1. Avanzando en la protección a la infancia víctima de la violencia de género

2. Especial vulnerabilidad de las personas menores huérfanas de la violencia de género


3. Análisis de datos estadísticos: casi 400 huérfanos de la violencia de género en la última década


4. Retos y desafíos para los menores huérfanos de la violencia de género y sus familias


4.1. Soledad y abandono tras el entierro: un necesario acompañamiento a los huérfanos y sus familias

4.2. Otorgamiento de la guarda y custodia a las familias: un problema añadido

4.3. La crianza de los huérfanos: la importancia de las ayudas públicas

4.4. La doble victimización de los menores huérfanos en los procesos judiciales

4.5. Menores huérfanos de la violencia de género: solo víctimas indirectas

4.6. Menores huérfanos de la violencia de género: solo víctimas indirectas 

4.7. Escasas medidas de protección del patrimonio de las personas menores huérfanas 


5. Propuestas para mejorar la vida de las personas menores huérfanas de la violencia de género


Cancelación del Artista y su arte por el "bochorno", el silencio y la complicidad con las violaciones y la prostitución infantiles de hace 120 años, ahora al Museo del Pardo.

El Museo Prado adquiere por 110.000 euros 'El sátiro', 
el cuadro del “pintor inmoral” Antonio Fillol.
"El Sátirofue retirada de la Exposición Nacional por su inmoralidad.
Ese pintor, que  fue cancelado por pintar a finales del XIX 
esta rueda de reconocimiento de una niña violada, 
entra ahora, 120 años después, en la pinacoteca nacional 
para una “reparación artística”,
lo que nos sirve para reflexionar sobre los mecanismos de poder 
que ocultan la barbarie de antes y de ahora contra la infancia y la adolescencia.


Ofende la decencia y el decoro”, decían los entendidos de 1906.
El autor, según dijo, se limitó a pintar “una de esas brutalidades que de tiempo en tiempo realiza la bestia que el hombre lleva dentro, para excretarla”.
Tras esta persecución no solo artística, el cuadro desapareció de la exposición y quedó en manos del pintor, que lo enrolló y lo dejó olvidado en alguna dependencia de la casa familiar de Castellón, durante más de un siglo.


Un abuelo arropa a su nieta, de unos diez años, en una rueda de reconocimiento de su presunto violador en los calabozos de las Torres de los Serranos, Valencia.
La niña, que debía señalar al violador de entre los cuatro sospechosos,
hace el gesto de cubrirse la cara con las manos.
Parece atemorizada al encontrarse de nuevo con su agresor, y es el abuelo el que indica
.

'El sátiro' de Antonio Fillol: Emilio Naranjo / EFE

El Museo del Prado ha adquirido julio 2023 el cuadro titulado El sátiro (1906), del pintor valenciano Antonio Fillol (1870-1930). El Patronato dio luz verde a la compra por 110.000 euros tras al informe favorable de Javier Barón, responsable en la institución de la pintura del siglo XIX. El conservador ha entendido esta pieza como capital para comprender el clima político y social del momento.

El monumental lienzo ha permanecido en poder de los descendientes durante estos casi 120 años, aunque se exponía en una sala del Museo de Bellas Artes de Valencia, que lo mantenía en calidad de depósito. Los familiares de Fillol consideran la entrada del cuadro en la colección del Prado “una reparación histórica”, asegura su bisnieto y portavoz Ignacio Gómez Juan. En 2020 la familia facilitó el préstamo de la imagen para la exposición de Invitadas, comisariada por Carlos G Navarro.

El lienzo ya ha sido enviado por la institución valenciana a Madrid y será restaurado en los próximos días por los especialistas del Prado. La intención de la pinacoteca nacional es presentarlo en mayo, dentro de la exposición temporal Arte y transformaciones sociales en España (1885-1910), la cita más importante de la próxima temporada en el Museo del Prado y comisariada por Javier Barón. Una vez terminada la muestra, en septiembre, el museo pasará a exhibir El sátiro en sala permanente, donde también puede verse desde 2022 La bestia humana (1897), del mismo autor.

Cancelado durante un siglo
La compra de este cuadro no es baladí. En 1906, cuando el pintor valenciano presentó El sátiro a la Exposición Nacional, fue declarado “pintor inmoral” por el jurado, que retiró el cuadro de la vista pública. La sentencia de los académicos contra la pintura resulta llamativa: “Ofende la decencia y el decoro”. El artista se había atrevido a llevar a la pintura las noticias que encontraba leyendo periódicos. 
En la escena presentó a un abuelo que arropa a su nieta, de unos diez años, en una rueda de reconocimiento, en los calabozos de las Torres de los Serranos, en Valencia. La niña, que debía señalar al violador de entre los cuatro sospechosos, hace el gesto de cubrirse la cara con las manos. Parece atemorizada al encontrare de nuevo con su agresor y es el abuelo el que indica. Los académicos del arte lo censuraron y rechazaron.

Años después, el propio pintor escribió en su descargo que la obra no era inmoral, que se limitó a pintar “una de esas brutalidades que de tiempo en tiempo realiza la bestia que el hombre lleva dentro, para excretarla”. El cuadro desapareció de la exposición y quedó en manos del pintor, que lo enrolló y lo dejó olvidado en alguna dependencia de la casa familiar de Castellón, durante más de un siglo.

El que fuera uno de los pintores más progresistas del siglo XIX ha arrastrado el estigma hasta el siglo XXI. En 2022 el Prado cambió su parecer respecto a otro de los cuadros de Fillol, La bestia humana. Llevaba enterrado en los almacenes 125 años. “La pintura deja de ser un campo de representación neutral para convertirse en manos de Fillol en un arma de beligerancia y denuncia de la hipocresía social”, puede leerse en la web del Museo del Prado. Esta pintura política y social, que no salió ganando con la desaparición del Casón del Buen Retiro como centro de exposiciones, poco a poco recupera presencia. El Prado rectifica una línea editorial que había mantenido al margen de las salas del siglo XIX estos cuadros desarrollados intensamente en el cambio de siglo.

Un pintor contemporáneo
Como El sátiro unos años después, este cuadro recibió en 1897 el reproche del jurado de la Exposición Nacional. Fillol no había cumplido los 30 años y se encerró dos años a pintarlo. En sus propias palabras, lo hizo “con más afán que nunca”. “Rodeado de lienzos y libros, me pasé una larguísima temporada sin que nada ni nadie distrajera mi atención... Y convencido de que el arte no debe ser un simple juego de nuestras facultades representativas, sino la expresión de la vida, me lancé al palenque en la exposición de 1897 con La bestia humana que fue recibida en los primeros momentos poco menos que a pedradas”, escribió Fillol en sus memorias, en 1913. Ese mismo año Joaquín Sorolla disparó una de sus últimas balas sociales y presentó el mismo tema que Fillol, con Trata de blancas. Mucho más taimado que La bestia de Fillol.

El jurado de la Exposición Nacional concedió a Fillol una preciada segunda medalla, pero le retiraron el premio en metálico del galardón. Reconocían que era un cuadro extraordinario de un pintor técnicamente insuperable, pero atendía un tema que debía ser cancelado. Mostraba la explotación sexual de las mujeres prostituidas. Fillol había retratado su sociedad y el búnker ideológico que lo censuró amplió el retrato que el artista había realizado. “¡Pobre venganza de los altos contra un modesto pintor de las tristezas sociales!”, escribió el artista sobre la sanción.

Ni gota costumbrista
En pleno estallido naturalista, Antonio Fillol se desmarcó de la tradición valenciana de los paisajes, de las playas y de las estampas bucólicas de las pequeñas rutinas burguesas. Con La bestia humana, primero, y El sátiro, después, hizo de la pintura una gran pancarta que rompió con el silencio que alimentaba un sistema que denigraba y violaba a las mujeres.

La familia de Fillol interrumpió ese silencio, cómplice con las violaciones y la prostitución, el día que depositaron El sátiro en el Museo de Bellas Artes de Valencia, en 2015. La institución se hizo cargo del estado de conservación y lo recuperó, después de permanecer en un rollo durante más de un siglo. Pero el centro tampoco exponía de manera regular, hasta que en 2020 el lienzo formó parte de la exposición de Invitadas.

David Gimilio, conservador del Museo de Bellas Artes de Valencia, ha explicado que en la pintura de Fillol no hay señas costumbristas y empatiza con la población actual y sus problemas. Sin embargo, está pendiente una investigación en profundidad de la obra y vida del artista. De hecho, la familia mantiene en su poder una gran parte de los trabajos y bocetos y, como indican, ha recibido ofertas por El sátiro. Ninguna de ellas del Museo de Bellas Artes de Valencia, que de esta manera se ve en la obligación de desprenderse de un cuadro muy importante.

El Courbet valenciano
La dirección del Museo del Prado apuesta por un pintor con un legado molesto, que hasta hoy tenía un futuro incierto. Fillol no encontró en sus coetáneos ninguna referencia a los casos más sangrantes que denigraron la sociedad de finales del siglo XIX. Fue una rara avis entre los pintores de la cotidianidad, que no renunció nunca a lo más impopular, la verdad.

“La crudeza y la radicalidad de algunos de sus temas establecen un vivo contraste con el naturalismo edulcorado y sentimental que prácticamente desarrollaron la mayoría de los artistas españoles de su tiempo. En este sentido, creemos que si en pintura puede hablarse con propiedad de un radicalismo naturalista más o menos afín o equivalente al que se desarrolla en el terreno literario, pocos pintores podrían asumirlo mejor que Fillol. Aunque estamos en otro tiempo y otro contexto, hemos de señalar que Fillol, por la crudeza provocativa de una parte de sus obras, podría considerarse como el Courbet valenciano de fin de siglo”, escribieron Francisco Javier Pérez Rojas y José Luis Alcaide en el catálogo de la exposición dedicada al pintor en 2015, en una sala del Ayuntamiento de Valencia.
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