Una cara familiar: la violencia en la vida de niños y adolescentes.


UNICEF
Fuente OIJJ


Más allá del daño innecesario y el dolor que causa, la violencia socava el sentido de autoestima de los niños y obstaculiza su desarrollo. Sin embargo, la violencia contra los niños a menudo se racionaliza como necesaria o inevitable. Puede ser tácitamente aceptado debido a la familiaridad de los perpetradores, o minimizado como inconsecuente. El recuerdo o los informes de violencia pueden ser enterrados debido a la vergüenza o el temor a represalias. 
La impunidad de los perpetradores y la exposición prolongada pueden dejar a las víctimas creyendo que la violencia es normal. De esta manera, la violencia se enmascara, lo que dificulta su prevención y finalización. 
Una cara familiar: la violencia en la vida de niños y adolescentes utiliza la información más reciente para arrojar luz sobre cuatro formas específicas de violencia: la disciplina violenta y la exposición al abuso doméstico durante la primera infancia; violencia en la escuela; muertes violentas entre adolescentes; y violencia sexual en la infancia y la adolescencia. Las estadísticas revelan que los niños experimentan violencia en todas las etapas de la infancia, en diversos entornos y, a menudo, en manos de las personas de confianza con quienes interactúan a diario. Asegurar que la violencia en todas sus formas esté documentada a través de datos sólidos es un primer paso hacia su eliminación.

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